Un debut ordenado, rápido y transparente

El resultado fue contundente: escrutinio rápido, un promedio de votos nulos esperado y amplia aceptación ciudadana. La prueba más visible de su éxito fue que a las 21 horas, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, anunció que ya se había escrutado más del 90% del país. Con el viejo sistema de boletas partidarias, a esa hora apenas se superaba el 35%.

La diferencia no es solo técnica, sino política: la BUP desactivó la dependencia de los “aparatos partidarios” y demostró que el voto puede ser más ágil, limpio y equitativo.

Una herramienta de ciudadanía

Los datos acompañan esa percepción: el voto nulo alcanzó apenas el 2,46%, una cifra dentro de los parámetros internacionales para los debuts de este tipo de sistemas. En Jujuy, por ejemplo, los votos nulos llegaron al 2,97%, lo que confirma que el electorado comprendió y supo utilizar la boleta.

El aprendizaje ciudadano fue rápido y efectivo. En promedio, cada elector demoró 50 segundos en votar, lo que habla de un instrumento sencillo e intuitivo. La clave no estuvo en la tecnología, sino en la confianza en un método transparente, que garantiza toda la oferta electoral en una sola boleta y pone en igualdad de condiciones a todas las fuerzas políticas.

 Una conquista de la democracia

La Camara Nacional Electoral viene impulsando éste cambio desde 2007, con el respaldo de diversos sectores políticos y organizaciones de la sociedad civil como la Red de Acción Política (RAP), que promovió la idea de modernizar el sistema para elevar los estándares democráticos.

El Congreso el 1° de octubre de 2024 sancionó la Ley 27.781, coronando un largo proceso de intentos de cambio. Solo 16 países en el mundo no utilizaban este sistema, y Argentina dejó de estar en esa lista.

 El caso Jujuy: oportunidad para el debate local

La experiencia nacional abre una puerta en las provincias. En Jujuy, existen proyectos de ley que impulsan la modificación del Código Electoral provincial para adoptar la Boleta Única. Con los resultados a la vista, sería razonable que la Legislatura retome la discusión: el nuevo instrumento no solo mejora la logística, sino que fortalece la transparencia y la confianza en las instituciones.

El desafío para la ciudadanía, en un primer momento y a partir de esta primera experiencia, nos indica que cumplió su objetivo: que la ciudadanía se apropie de éste nuevo instrumento “La BUP”, y que los partidos comprendan que la competencia política se redefine bajo nuevas reglas de juego, más limpias y equitativas.

 Una victoria silenciosa pero trascendente

La Boleta Única de Papel fue, sin lugar a dudas, una de las grandes ganadoras del domingo. Su éxito no se mide solo en porcentajes o tiempos de escrutinio, sino en el avance cultural que representa: la idea de que votar puede ser más simple, más justo y más ciudadano.

El paso siguiente será ajustar detalles, perfeccionar diseños y evaluar sus efectos en el comportamiento electoral. Pero el balance general es claro: el país dio un paso firme hacia una democracia más transparente, moderna y participativa.