Un debut ordenado, rápido y transparente
El resultado fue contundente: escrutinio rápido, un promedio de votos nulos esperado y amplia aceptación ciudadana. La prueba más visible de su éxito fue que a las 21 horas, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, anunció que ya se había escrutado más del 90% del país. Con el viejo sistema de boletas partidarias, a esa hora apenas se superaba el 35%.
La diferencia no es solo técnica, sino política: la BUP desactivó la dependencia de los “aparatos partidarios” y demostró que el voto puede ser más ágil, limpio y equitativo.
Una herramienta de ciudadanía
Los datos acompañan esa percepción: el voto nulo alcanzó apenas el 2,46%, una cifra dentro de los parámetros internacionales para los debuts de este tipo de sistemas. En Jujuy, por ejemplo, los votos nulos llegaron al 2,97%, lo que confirma que el electorado comprendió y supo utilizar la boleta.
Una conquista de la democracia
El caso Jujuy: oportunidad para el debate local
La experiencia nacional abre una puerta en las provincias. En Jujuy, existen proyectos de ley que impulsan la modificación del Código Electoral provincial para adoptar la Boleta Única. Con los resultados a la vista, sería razonable que la Legislatura retome la discusión: el nuevo instrumento no solo mejora la logística, sino que fortalece la transparencia y la confianza en las instituciones.
El desafío para la ciudadanía, en un primer momento y a partir de esta primera experiencia, nos indica que cumplió su objetivo: que la ciudadanía se apropie de éste nuevo instrumento “La BUP”, y que los partidos comprendan que la competencia política se redefine bajo nuevas reglas de juego, más limpias y equitativas.
Una victoria silenciosa pero trascendente
La Boleta Única de Papel fue, sin lugar a dudas, una de las grandes ganadoras del domingo. Su éxito no se mide solo en porcentajes o tiempos de escrutinio, sino en el avance cultural que representa: la idea de que votar puede ser más simple, más justo y más ciudadano.
El paso siguiente será ajustar detalles, perfeccionar diseños y evaluar sus efectos en el comportamiento electoral. Pero el balance general es claro: el país dio un paso firme hacia una democracia más transparente, moderna y participativa.

