Un vínculo atravesado por la desconfianza

El diálogo entre el Ejecutivo y los gremios ADEP (docentes de inicial y primaria) y CEDEMS (media y superior) está marcado por intervenciones políticas, judicialización de la protesta, y una agenda salarial cerrada por decreto sistemáticamente. 

ADEP, el gremio más numeroso, fue intervenido de hecho tras la anulación de sus elecciones internas en 2024, luego de que una lista del activismo se impusiera en las elecciones de diciembre a la lista oficial, y la junta electoral pidiera la nulidad del acto eleccionario- que fue recibido como un bálsamo por el gobierno provincial, la secretaria de trabajo y hasta Ctera-. La diferencia que había conseguido el activismo era irreversible y ADEP se convertía en un nuevo gremio liderado por direcciones de carácter más combativo y menos dialoguista, junto a CEDEMS, SEOM, y APUAP por nombrar algunos gremios de este perfil.

Movimiento de placas tectónicas

Con el cambio de signo de gobierno en 2015, luego del derrumbe del peronismo en la provincia, se produjo una serie de realineamientos políticos en toda la estructura de gobierno, las organizaciones sindicales, sociales y civiles. En el campo sindical, las direcciones de los gremios docentes, históricamente identificadas con el gobierno de turno, tuvieron que reacomodarse en un cuadro de agotamiento de sus experiencias, al calor también del recorte de recursos que las direcciones habían utilizado a discreción. Este movimiento se desenvolvió más rápido en los gremios docentes que en el resto de la administración pública, probablemente en parte por su concentración en un solo gremio.

La primera gran batalla política fue la conquista de CEDEMS por parte del activismo, que venía organizando y denunciando todas las tropelías de la conducción gremial y organizando contra las medidas del gobierno que los docentes entendían que era un ataque al estatuto docente y los derechos laborales. El puntapié inicial de este gran movimiento lo dió el abrazo a la legislatura para impedir que los diputados votaran el proyecto de ley de reforma de la grilla de clasificación docente, organizado por docentes activistas por fuera del gremio.

Luego de ese hito, la polarización de la docencia media entre los partidarios de status quo y los partidarios de un activismo que se proponga recuperar el gremio, fue inclinando la balanza sobre estos últimos. Luego de perder por escaso margen la primera elección y una suspensión de las elecciones por covid, una nueva convocatoria marcada por dos juntas electorales y lo que parecía dos elecciones simultáneas, el activismo encabezado por la agrupación Marina Vilte terminó imponiéndose por amplio margen y reteniendo el gremio en las elecciones de este año con más del 60% de los votos.

Con los maestros  de ADEP la docencia demoró más tiempo pero fue la rebelión educativa de 2023 la que los tuvo a la vanguardia y marcó el quiebre de la relación de los maestros con las direcciones sindicales tradicionales. Para 2024 se armó una lista del activismo que disputó al oficialismo provincial y nacional, en una elección que terminó con una amplia mayoría de votos para lista del activismo, llamada El Hormiguero, que luego termina siendo la dirección de los maestros en las sombras, ya que se anuló la elección y el gremio quedó formalmente “acéfalo”.

 Política del garrote

Frente a este escenario, el gobierno que venía sosteniendo una política de aumentos salariales impuestos por decreto a través de la liquidación de la oferta del gobierno, se vió en problemas frente a las medidas de fuerza que ha estado tomando los gremios docentes en primer lugar, con paros y marchas, a pesar de los descuentos que aplica el gobierno a quien ejerce el constitucional derecho de huelga.

Ahora ha profundizado en su política de una manera más sutil pero igualmente efectiva: A través de la asfixia presupuestaria. La dirección de CEDEMS ha denunciado que el gobierno está reteniendo o demorando la cuota sindical que retienen de los haberes de los profesores, lo que hace pagar fuera de tiempo los compromisos que tiene el gremio con empleados y otros gastos.

Tras declarar la acefalía de ADEP, la intervención ha avanzado de manera informal: la CTA que dirige Santiago Hamud está administrando los recursos de la cuota sindical. Esta medida no solo deja a los maestros sin financiamiento para sus actividades, sino que también implica que no tienen el control de los recursos provenientes de las cuotas de sus propios afiliados.

La propuesta

Desde la gestión Sadir, se prioriza una estrategia de deslegitimación gremial y ajuste silencioso, bajo el discurso del orden, la racionalización del gasto y la modernización. El Ministerio de Educación ha recurrido a la declaración de ilegalidad de los paros, el descuento de días y la negativa a abrir paritarias formales, lo que ha tensionado aún más la relación.

La propuesta salarial del gobierno es apenas perceptible, un 1,5% en agosto y un 1,5% en septiembre mas algunas sumas en negro y actualizaciones. En promedio son unos 20 mil pesos de aumento.La oferta gubernamental de establecer un piso salarial, termina achatando la pirámide de trabajadores hacia abajo, los que tienen más antigüedad tendrán menor impacto en el bolsillo.Esta propuesta fue aceptada luego de la rebelión docente de 2023 porque el piso salarial ponía al salario docente casi en la línea de la canasta básica familiar. Hoy la oferta del gobierno del piso salarial está $400mil pesos debajo de esa línea. 

La docencia sigue en pie de lucha a pesar de las amenazas de desconocer el paro de ADEP -aunque el estatuto prevea la posibilidad de definir medidas de fuerza con el cuerpo de delegados-, y los descuentos masivos de los días de paro. La movilización docente al ministerio de trabajo el lunes 28 y la marcha de antorchas del martes 29 demuestran que hay bronca en la docencia para seguir peleando, y que el reclamo todavía cuenta con un apoyo popular importante de la sociedad civil y el resto de los trabajadores. 

Perspectivas: entre la lucha y el desgaste

Los gremios docentes se enfrentan al doble desafío de sostener la organización sindical en un contexto de desgaste y persecución, y a la vez ampliar alianzas con otros sectores de trabajadores estatales en lucha para construir un frente común.

Del lado del gobierno, el control institucional, judicial y mediático le permite sostener su política, pero a costa de creciente malestar social y desgaste en la base educativa. Esto hace suponer que hoy más que nunca, el futuro del sistema educativo jujeño depende de la capacidad del movimiento docente de sostener la lucha.