Se lo vio recorriendo las calles de Pampa Blanca, donde fue recibido por las autoridades locales que le hicieron un gran reconocimiento en medio de una recorrida donde el ex gobernador estuvo charlando con vecinos. Unos días después, hizo lo mismo en La Mendieta y luego en Palma Sola.
La aparición de GM prendió las alertas sobre una posible vuelta al ruedo en el escenario político para una de las figuras centrales dentro del radicalismo: ex gobernador por dos períodos, ex presidente del partido y ex candidato a vicepresidente de la Nación acompañando a Rodriguez Larreta.
Gerardo Morales terminó su segundo mandato golpeado políticamente: a pesar de haber logrado imponer una Reforma Constitucional, el costo político que pagó por la represión a las movilizaciones, los cortes de ruta y las decenas de heridos con los que finalmente se impuso, le asestaron un golpe demoledor a su performance electoral y su imagen pública. Tal es así que el radicalismo y Morales perdieron todas las elecciones en las que se presentaron después de la Reforma.
Este escenario nacionalizó el Conflicto, instalando el planteo de inconstitucionalidad de la Reforma, y además los ataques públicos que comenzó a recibir de una figura política en ascenso: Javier Milei. El ‘Peluca’ aprovechó la exposición nacional que dejó la situación de Jujuy para instalar que Morales era el prototipo de la “casta” que venía a combatir, denunciando la cantidad de familiares en el estado, y la utilización del mismo estado en favor de sus propios intereses.
A esto se sumó una derrota en las PASO presidenciales en 2023 de JUNTOS frente al Tándem Bullrich-Petri que lo dejó muy golpeado.
Después de unos meses de licencia, Gerardo Morales intentó tomar la batuta en la dirección política de las elecciones provinciales convocadas para mayo de 2025. Sin embargo, se encontró con un rechazo de las propias filas radicales, luego de la evaluación de un alto nivel de imagen negativa que aún mantiene el ex gobernador radical. Morales intentó mostrar su trabajo territorial y su peso específico convocando reuniones con todos los intendentes, delegados comunales, concejales y diputados en reuniones donde los únicos ausentes fueron el actual gobernador de la provincia Carlos Sadir y el intendente de San Salvador de Jujuy, ‘Chuli’ Jorge. Ni siquiera esta demostración de manejo territorial sirvió para torcer el rumbo de la campaña, que volcó todo el foco de la campaña en el actual gobernador Sadir como el motor de una lista de diputados poco conocidos en la provincia. Tanto es así que Sadir figuró en todas las fotos de campaña y ¡hasta en el voto!
Finalmente Gerardo se terminó corriendo a un costado y envió un audio para el acto de cierre de campaña del oficialismo, en la Federación Gaucha.
Si vuelve, ¿para que vuelve?
La reaparición pública de Gerardo Morales no es inocente y evidentemente está midiendo el clima que genera de cara a los desafíos que el oficialismo tiene por delante, y también un intento de medir en el propio territorio su influencia y nivel de popularidad, por esto posiblemente esté haciendo su aparición de forma centrípeta: arrancar desde pueblos pequeños del interior, y en caso de tomar una buena recepción, ir por distritos más grandes y centrales .
Una verdad de perogrullo: el radicalismo está golpeado a nivel provincial y nacional. A nivel provincial el radicalismo perdió todas las elecciones en 2023 luego de la reforma constitucional, por lo que solo cuenta con dos diputados nacionales sobre seis, y ningún Senador Nacional.
Como un plus, a nivel provincial no hay candidatos fuertes dentro del oficialismo para las elecciones federales de octubre -como tampoco había candidatos fuertes en las elecciones provinciales-. La posibilidad de que el gobernador Sadir pueda ‘cargarse’ nuevamente al hombro la campaña nacional va a estar más condicionada que con la provincia.
Sin grandes cuadros políticos dentro del radicalismo, la posibilidad de la vuelta de Morales cobra otro peso. Desde ya, Gerardo Morales está ‘tanteando’ el escenario político antes de tirarse a la pileta electoral.
Si vuelve Gerardo, ¿vuelve para ser libertario u opositor?
Este interrogante tiene que ver con la crisis y los realineamientos políticos del radicalismo a nivel nacional, donde el bloque radical en el congreso se ha partido entre los “radicales con peluca” y los supuestos opositores, y donde se está discutiendo el armado político en la Provincia de Buenos aires, donde está la disyuntiva si se disuelven como el PRO dentro de las listas Libertarias, o si acuerdan una ‘tercera’ posición junto al peronismo no K bonaerense. Ambas disyuntivas muestran un radicalismo ajeno a sus raíces, de furgón de cola de otras fuerzas.
Sadir no tiene el perfil de Gerardo Morales, como así tampoco su carisma. Habrá que ver si las diferentes personalidades que tienen también se manifiestan en la cancha política. Carlos Sadir, de temperamento más contenido y de perfil conciliador, ha elegido la diplomacia extrema y el diálogo fluido para con el gobierno nacional, buscando un acuerdo que asegure al menos una porción de los recursos que necesita la provincia. Para esto ha optado por poner a disposición los votos de sus diputados cuando fueron necesarios, y participando de todas las reuniones con el bloque de los gobernadores del Norte Grande. A diferencia Gerardo - partidario de un acuerdo con Massa-, tuvo una serie de enfrentamientos públicos con Milei, aunque más de carácter personal que político. La batería de ataques se pueden rastrear en las redes sociales.
Finalmente, Milei “corrió por derecha” a Morales planteando se “quedó corto con la represión” a los manifestantes contra la reforma constitucional, y luego derogó la ley de emergencia territorial de comunidades originarias y ha planteado la perspectiva de una mayor explotación del suelo.
Ahora la pregunta es, si Gerardo Morales vuelve; vuelve para enfrentarse políticamente a Milei, o para ser furgón de cola del León de Casa Rosada?