En la modernidad, la frase se usa cuando un evento o decisión ha llegado a un punto de no retorno y los acontecimientos seguirán su curso sin posibilidad de ser cambiados.

Para el gobierno de Milei, la suerte está echada y no hay nada que pueda hacer él mismo o su fuerza para modificar el curso de los acontecimientos, que tendrán un punto bisagra el próximo domingo 26 de Octubre con las elecciones de medio término para renovar la mitad de la Cámara de diputados de la Nación, y un tercio del Senado.

Es la economía, estúpido

La madre de todos los problemas del gobierno reside en el fracaso rotundo de su programa económico y de todos los parches que ha recibido en menos de dos años de gobierno. Recordemos que la euforia de los mercados y de los grandes empresarios por el candidato libertario que blandía una motosierra prometiendo ajuste y déficit fiscal 0 permitió una recuperación efímera de la economía argentina, ya que la suba de los bonos soberanos y de las acciones de las empresas nacionales no están directamente vinculadas a un proceso de reactivación económica ni de una ‘revolución productiva’ como prometía Menem en su campaña.

La suba de precios de estos instrumentos financieros se produjo porque a la cabeza del ministerio de economía se puso al “Messi” de las finanzas, según el propio Milei, el Toto Caputo, un especialista en operaciones financieras para los grupos de inversión.

El fracaso del gobierno reside en que ha decidido sostener un tipo de cambio improductivo para el sector agropecuario, para el sector industrial, para el sector de comercio y de turismo local, es decir para la economía “real”. El auge de los bonos y acciones de empresas de una economía en un cuadro de recesión como el de argentina es imposible de sostener en el tiempo.

Es por esto que el gobierno que realizó ‘el ajuste más grande de la historia’, muy pronto se quedó sin dólares para sostener un tipo de cambio donde el peso se encuentra sobrevalorado, o en su defecto, un dólar barato. Para sostener esta política el gobierno liquidó una cosecha récord del campo (que fue muy superior a la de 2022-2023 por la sequía), un blanqueo de capitales, tres series de BOPREALES (un bono que promete cambiárselo por dólares a los importadores), las escasas reservas del Banco Central, el BONTE 2030, los 12.500 millones de dólares que el FMI decidió darle a la Argentina, la renovación del SWAP chino, la venta de la remesa de soja de este mes con la quita de retenciones que terminó en un fenomenal negociado sólo para las aceiteras entre las medidas más destacables que demuestran que el dólar NO FLOTA como sostiene el equipo económico en el canal de stream amigo, sino que por el contrario el gobierno interviene en todos los mercados de cambio para sostenerlo artificialmente.

A pesar del descomunal despilfarro de dólares, no solo el gobierno no logró sostener el tipo de cambio, sino que luego de la derrota de las elecciones de la provincia de Buenos Aires se aceleró la corrida cambiaria liquidando todos los dólares del Tesoro y amenazando secar los escasos dolores del Central.

Frente a este cuadro, el gobierno decidió pedir un nuevo salvataje, esta vez ya no al FMI sino directamente al gobierno de Trump, que a través de su secretario del Tesoro anunció primero una ayuda económica para la Argentina, a la espera de que el simple anuncio lleve calma a los mercados. Al comprobar que se iba a necesitar más que un anuncio por X, el Secretario Scott Bessent anunció la friolera de 20 mil millones de dólares de ayuda excepcional para la Argentina. Como este anuncio tampoco logró calmar la sed de dólares, Bessent emitió un comunicado informando la constitución de un fondo de bancos, grupos de inversión y estados nacionales por otros 20 mil millones de dólares y el anuncio de que el propio Tesoro Nacional de EEUU va a intervenir en el mercado de cambios comprando pesos para controlar la paridad de cambio con el dólar, y a través del banco Santander y el City, ya han volcado más de mil millones de dólares en 3 ruedas cambiarias, sin lograr que el tipo de cambio baje.

¡Argentina va a secar la plaza de dólares del país que los imprime!

La hora de la política y los errores no forzados del gobierno

Sobre el fracaso de la política económica, el gobierno ha acumulado una serie de errores no forzados -como se dice en el tenis- de distinta índole. Por un lado el gobierno decidió romper lazos con los pocos aliados que había logrado reclutar desde que asumió, bajo la presunción de que “la libertad arrasa(ba)” en las elecciones. Bajo esa óptica decidieron que no iban a inscribir ningún frente político ni ceder colores ni candidaturas en ningún lugar. Esta política no sólo llevó al gobierno a perder los acuerdos que lo llevaron a tener un bloque conocido como los ’87 héroes’ que lograban evitar que los vetos presidenciales volvieran al recinto para ser sancionados con fuerza de ley. Esa soberbia los llevó a romper una alianza con el gobernador Valdez de Corrientes (que había sido un fiel colaborador a través de sus diputados) cuando los libertarios pretendían imponer el candidato a gobernador y el nombre y color de la boleta, lo que terminó rompiendo la alianza con Valdez. El resultado: el candidato Liberato salió cuarto y el radicalismo se impuso superando el 50% de los votos. No la ven(?).

Al calor del desajuste económico -y político- se empezó a notar una metamorfosis en las aspiraciones populares que se manifestaron en la calle. La población pasó de tener como principal preocupación bajar la inflación a no perder el trabajo y que el salario alcance para llegar a fin de mes. Este cambio generó malestar con el gobierno y manifestaciones de rechazo al gobierno nacional. Si  a este combo se le suma las denuncias de corrupción, de cobro de coimas y encima el affaire Espert, sostenido en su candidatura por Milei, la acumulación de errores no forzados por parte del gobierno ha torpedeado su propia línea de flotación.

El gobierno ha tenido que suspender numerosos actos de campaña en la recta final hacia las elecciones mientras la aprobación del gobierno y el rechazo al mismo empiezan a hacer un juego de tijeras donde por primera vez desde su asunción, el Presidente tiene una imagen negativa que supera a la positiva.

Rescate, condicionamiento y tutelaje político

El gobierno de EEUU ha anunciado un fenomenal rescate económico al gobierno de Milei, pero ha impuesto una serie de condicionamientos de orden político, económico y estratégico.

El gobierno de Milei consiguió un paquete financiero de Estados Unidos, encabezado por Scott Bessent, por más de US20 000 millones, con otros US20 000 millones adicionales en negociación. Pero en un gesto sin precedentes, el Presidente Donald Trump condicionó esa ayuda a que el oficialismo se imponga en las elecciones, caso contrario la ayuda económica se desvanecería en el aire. Lo que debería ser un acuerdo entre países, rápidamente se convirtió en un acuerdo entre Trump y Milei en beneficio del segundo. Este anuncio en lugar de traer alivio a los mercados, lo agravó, provocando la caída de los bonos y la suba del dólar a pesar de la intervención del propio Tesoro norteamericano. Lo que pretendía ser un respaldo, terminó siendo un arma de doble filo: una eventual derrota electoral de la Libertad Avanza, no solo condiciona el rescate financiero sino también la supervivencia del gobierno que depende de ese rescate.

Desde el punto de vista estratégico es clara la intención de EEUU de “correr” a China de Argentina y de la región. Esto ha sido dicho públicamente tanto por el Embajador norteamericano Peter Lamelas en su visita a Argentina, como Trump y hasta el propio Bessent, quienes pretenden utilizar la ayuda financiera como una palanca para correr a China y beneficiar a EEUU en nuevos acuerdos comerciales y de inversión.

Como China es el segundo socio comercial de la Argentina, el planteo yanqui enfrenta diferentes condicionamientos, y hay que ver la capacidad que tenga el gobierno argentino para imponer una hoja de ruta de semejantes características. Por lo pronto queda claro que todo lo que represente estructuras críticas (tecnología 5G, base espacial, puertos de aguas profundas, infraestructura, etc) será vedado al gigante asiático y el Swap que tiene el país con China deberá ser rediscutido.

Desde el punto de vista político, existe un cortocircuito entre el gobierno de Trump y Milei. Desde su asunción y en cada ayuda que le ha prestado, Trump se ha encargado de remarcarle al gobierno argentino que tiene que centrarse en dos puntos centrales: lograr ampliar sus alianzas para poder aprobar leyes, y aumentar las reservas de dólares para asegurar el pago de vencimientos. La administración de Milei no sólo ha dilapidado miles de millones de dólares para mantel el dólar ‘barato’ a expensas de tener que pedir préstamos y rescates cada 4 meses de gobierno, sino que ha dilapidado los poco acuerdos políticos que tenía, por lo que no solo no está en condiciones de aprobar ninguna ley sino que hasta ha roto los acuerdos que le permitían tener un tercio de los votos y poder imponer los vetos presidenciales.

Esta situación ha hecho que Trump envíe a Barry Bennett, un asesor personal de Trump y lobbista financiero, a tener una serie de reuniones con dirigentes de la oposición flexible en cómodos departamentos de Puerto Madero. Estas reuniones están por fuera de una agenda oficial y fueron gestionadas por Santiago Caputo, que al igual que Bennett son personas de peso en sendos gobiernos pero no son funcionarios públicos, por los que no deben responder ante ningún requerimiento oficial. Las reuniones fueron con el radical  De Loredo, con el peronistas Pichetto y con Cristian Ritondo, del PRO. Estas reuniones salieron a la luz por una denuncia del periodista Carlos PAgni en su programa televisivo y confirmada por los invitados, lo que ha puesto en primera plana las negociaciones oscuras debajo de la mesa del gobierno de EEUU para ‘armarle gobernabilidad’ al Milei.

El objetivo del jefe de la Casa Blanca es lograr conformar una coalición de gobierno, ampliar la base de diputados y senadores y diagramar un nuevo programa económico y político antes que la experiencia libertaria estalle por los aires.

Una eventual reorganización del gabinete post elecciones y del esquema de gobierno enfrenta grandes dificultades: no solo está el desafío de incorporar nuevos sectores para darle ‘músculo’ al gobierno, sino que el propio núcleo libertario estalla por sus propias internas: Karina y el clan Menem vs Caputo y las fuerzas del cielo; Francos y Whertein contra Caputo; funcionarios (y ministros) que no funcionan, filtraciones desde las propias filas libertarias, etc. Parece increíble que hayan durado tanto con tantas disputas internas.

Alea iacta est

Como arrancamos esta columna, la suerte del gobierno de Milei ya está echada y no hay nada que pueda hacer en términos personales y de su propia fuerza para torcer el rumbo que se ha forjado. Hoy depende económicamente de los dólares que EEUU va a resignar en argentina y a un costo político muy alto -EEUU no renovó su ley de presupuesto federal y tiene un millón y medio de trabajadores suspendidos sin cobrar salarios solo por nombrar uno de los varios conflictos que acarrea-, y políticamente depende de lograr conformar una alianza que logre ampliar su base con fuerzas políticas a las que se va a enfrentar en estas elecciones de medio término.

Después del 26 de octubre Milei deberá sentarse con los gobernadores peronistas que le dieron apoyo en todo este trayecto y también con los espacios de Provincias Unidas, una coalición que el propio Milei ayudó a consolidar cuando rompió los acuerdos con varios de los que hoy conforman este frente. Un dato a destacar es que ninguno de estos sectores y prácticamente ningún dirigente de peso de las fuerzas opositoras al gobierno ha rechazado públicamente el rescate financiero de Trump, lo que demuestra que todos están especulando.

Cuando la suerte está echada y la resolución de los conflictos superan a los propios actores, solo queda refugiarse en consolidar el núcleo duro de seguidores. Quizá es por esto que con las cartas sobre la mesa, Mili haya decidido hacer un recital en el Movistar Arena un día después de que su principal candidato del distrito más importante del país renunciara a su candidatura obligado por la crisis desatada por sus vínculos no aclarados con financistas del narco, o tal vez por eso su segunda candidata en provincia de Buenos Aires no cuide las formas yd declare abiertamente que los que votan al peronismo son enfermos mentales, o que la ministra de Seguridad en ocasión del doble femicidio en córdoba diga que la violencia hacia las mujeres es responsabilidad de las propias mujeres que se ‘empoderan’. 

Total, la suerte está echada